Todos hemos escuchado el sonido de una campana. Pero...cómo se produce ese sonido? La campana es un cuerpo metálico que vibra al ser golpeado, a su vez esas vibraciones del metal provocan vibraciones en el aire que las rodea y esas vibraciones viajan por el aire, en forma de ondas de sonido, hasta nuestros oídos, donde hacen vibrar el tímpano, allí se generan pequeñas corrientes eléctricas que van a nuestro cerebro y entonces...oímos la campana!... Fácil, verdad?
Pero casi cualquier objeto metálico es capaz de vibrar y generar un sonido. Por ejemplo, si apoyamos firmemente el cabo de un tenedor sobre una mesa, tratamos de juntar con los dedos dos de los dientes del tenedor y los soltamos súbitamente, oiremos las vibraciones del tenedor, en cierto modo amplificadas por la mesa.
Otra manera de oír esas vibraciones es la siguiente: conseguimos un hilo o cuerda (de los usados para hacer paquetes) de unos 70 u 80 cm de largo y le hacemos un lazo en el medio que nos permita atar el cabo del tenedor. Si ahora mantenemos los extremos del hilo con un dedo en cada oído, de manera que el tenedor cuelgue delante nuestro, y hacemos que el mismo golpee contra una superficie dura (por ejemplo el borde de una mesada de cocina), oiremos claramente la vibración del tenedor. En este caso no es meramente el aire sino el hilo lo que actúa como conductor del sonido.
Luego de oir el "concierto de tenedor", podemos probar con otros objetos metálicos: cucharas de distintos tamaños, cuchillos, tapas de ollas, sartenes, en fin, todo lo que nos permita usar la dueña (o dueño...) de la cocina. Los recipientes de vidrio (copas, frascos) también suelen sonar bien. Los objetos de plástico o metales blandos (como aluminio) en cambio, no generan sonidos interesantes.
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