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viernes, 23 de septiembre de 2011
Ártemis (mitología griega)
viernes, 9 de septiembre de 2011
Hermes (Mitología griega)
Hermes es hijo de Zeus y Maya, la más joven de las Pléyades. Nació en una caverna del monte Cileno, al sur de Arcadia. Maya lo había concebido por obra de Zeus en plena noche, mientras dormían los dioses y los hombres. Hermes vino al mundo el cuarto día del mes, y este le quedó consagrado. Al nacer fue envuelto con bandas, como se acostumbraba entonces con los recién nacidos, y depositado en un harnero a guisa de cuan. El mismo día de su nacimiento dio muestras de una precocidad extraordinaria. A fuerza de moverse, encontró el modo de desatarse y escapar, llegando hasta Tesalia, donde su hermano Apolo servía a la sazón como pastor y guardaba los rebaños de Admeto.
Mientras Apolo, distraído con su amor por el hijo de Magnes, Himeneo, descuidaba sus deberes de pastor, Hermes le robó parte del ganado: doce vacas, cien terneras que aún no habían conocido el yugo, y un toro. Luego, atando una rama a la cola de cada uno de los animales – o según otros, calzándoles zuecos -, llevóselos a través de toda Grecia, hasta una caverna de Pilos. Sólo había sido visto por un anciano llamado Bato, único testigo cuyo silencio intentó comprar. En pilos, Hermes sacrificó dos de los animales robados, dividiéndolos en doce partes, una para cada uno de los doce dioses. Luego, después de ocultar el resto del rebaño, huyó a su gruta del Cileno. Al llegar a ella encontró en la entrada una tortuga; apoderóse del animal, vaciólo y tesó sobre la cavidad de la concha unas cuerdas fabricadas con los intestinos de los bueyes que había sacrificado; de este modo quedó construida la primera lira.
Mientras Apolo, distraído con su amor por el hijo de Magnes, Himeneo, descuidaba sus deberes de pastor, Hermes le robó parte del ganado: doce vacas, cien terneras que aún no habían conocido el yugo, y un toro. Luego, atando una rama a la cola de cada uno de los animales – o según otros, calzándoles zuecos -, llevóselos a través de toda Grecia, hasta una caverna de Pilos. Sólo había sido visto por un anciano llamado Bato, único testigo cuyo silencio intentó comprar. En pilos, Hermes sacrificó dos de los animales robados, dividiéndolos en doce partes, una para cada uno de los doce dioses. Luego, después de ocultar el resto del rebaño, huyó a su gruta del Cileno. Al llegar a ella encontró en la entrada una tortuga; apoderóse del animal, vaciólo y tesó sobre la cavidad de la concha unas cuerdas fabricadas con los intestinos de los bueyes que había sacrificado; de este modo quedó construida la primera lira.
viernes, 26 de agosto de 2011
Poseidón (mitología)
Posidón, el dios que reina sobre el mar, es uno de los Olímpicos, hijo de Crono y Rea. Según las tradiciones, es considera ora el hermano mayor de Zeus, ora el menor. La leyenda más antigua según la cual Zeus, llegado a la edad viril, obliga a su padre Crono a devolver los hijos que se había tragado, supone que Zeus es el menor de la progenie, de igual modo que Crono, que había destronado a su padre Urano, era el menor de los hijos de éste. Pero, poco a poco, a medida que se fue desarrollando el derecho de primogenitura, Zeus, considerado como el dueño y soberano, ha pasado a ser el mayor. Por eso, en las leyendas dela época clásica, Poseidón es considerado generalmente más joven que su hermanos.
Posidón pasaba por haber sido criado por los Telquines y por Cefira, hija de Océano. Cuando hubo llegado a la edad viril, se enamoró de Halia, hermana de los telquinos, y le dio seis hijos varones y una hija: llamada Rodo. Ocurría esto en la isla de Rodas, que tomó nombre de la hija de Poseidón.
Desde los tiempos de la Ilíada, Poseidón tiene asignado el dominio sobre el mar, como Hades reina de los Infiernos, y Zeus en el Cielo y la Tierra. Acerca de este reparto, no solo tiene poder sobre las olas, sino que también puede desatar tempestades, desquiciar las rocas de las costas con un golpe de su tridente y hacer brotar manantiales. Al parecer, su poder no se limita al mar, sino que se extiende a las aguas corrientes y los lagos. En cambio, los ríos poseen sus propias divinidades. Sus relaciones con Zeus no son siempre amistosas. Con Hera y Atenea, tomó parte en la conjura divina que tenía por objeto encadenar a Zeus; pero retrocedió ante las amenazas de Brareo.
Poseidón participó por espacio d eun año, junto con Apolo y el Mortal Éaco, en la construcción de la muralla de Troya. Laomedonte le negó el salario convenido, y Poseidón, para vengarse, suscitó un monstruo, que salió del fondo del mar y asoló los pueblos troyanos.
viernes, 29 de julio de 2011
Apolo (mitología)
APOLO
Apolo es un dios que pertenece a la segunda generación de los Olímpicos. Es hijo de Zeus y Leto y hermano de la diosa Ártemis. Hera, celsoa de leto, había perseguido a la joven por toda la Tierra. Cansada de errar, Leto buscaba un sitio donde dar a luz a los hijos que lelvaba en su seno, y en toda la tierra se negaban a acogerla, temiendo la cólera de Hera. Sólo una isla flotante y estéril, llamada Origia (la Isla de las Codornices), o tal vez Asteria, consintió en dar asilo a la desventurada. Allí nació Apolo. Agradecido, el dios fijó la isla en el centro del mundo griego y le dio el nombre de Delos, "la brillante". Allí, al pie de una palmera, el único árbol de toda la isla, Leto aguardó el parte durante nueve días y nueve noches, pues Hera retenía su lado, en el Olimpo, a Ilitía, la divinidad que preside los partos felices. Todas las diosas, y especialmente Atenea, se hallaban junto a Leto, pero anda podían hacer en su favor sin consentimiento de Hera.
Finalmente, resolvieron enviarle a Iris para rogarle permitiese el alumbramiento, ofreciéndole, para aplcar su ira, un collar de oro y ámbar de un espesor de nueve codos. A este precio, Hera consintió en que Ilitía descendiese del Olimpo y se encamiase a Delos. Leto se arrodilló al pie de la palmera y dio a luz primer a Artemis, y después, con ayuda de ésta, a Apolo. En el momento de nacer el dios, unos cisnes sagrados volaron sobre la isla, dando siete vueltas a su alrededor- pues era el séptimo del día del mes- .
Inemdiatamente, Zeus envió regalos a su hijo: diole una mitra de oro, una lira y un carro tirado por cisnes. Luego le ordenó que fuese a Delfos. Pero los cisnes condujeron primero a Apolo a su país, a orillas del Océnao, allende la patria del Viento Norte, en la tierra de los Hiperbóreos, los cuales viven bajo un cielo siempre puro y que han consagrado a Apolo un culto que celebran sin cesar. Allí permaneció el dios un año, recibiendo los homenajes de los Hiperbóreos, y regresó luego a Grecia, llegando a Delfos en pleno verano, en medio de fiestas y cantos. Incluso la Naturaleza lo festeja: las cigarras y los ruiseñores cantan en su honor, las fuentes son más cristalinas. De esta forma, se celebraba con hecatombes todos los años en Delfos la venida del Dios.
Apolo es un dios que pertenece a la segunda generación de los Olímpicos. Es hijo de Zeus y Leto y hermano de la diosa Ártemis. Hera, celsoa de leto, había perseguido a la joven por toda la Tierra. Cansada de errar, Leto buscaba un sitio donde dar a luz a los hijos que lelvaba en su seno, y en toda la tierra se negaban a acogerla, temiendo la cólera de Hera. Sólo una isla flotante y estéril, llamada Origia (la Isla de las Codornices), o tal vez Asteria, consintió en dar asilo a la desventurada. Allí nació Apolo. Agradecido, el dios fijó la isla en el centro del mundo griego y le dio el nombre de Delos, "la brillante". Allí, al pie de una palmera, el único árbol de toda la isla, Leto aguardó el parte durante nueve días y nueve noches, pues Hera retenía su lado, en el Olimpo, a Ilitía, la divinidad que preside los partos felices. Todas las diosas, y especialmente Atenea, se hallaban junto a Leto, pero anda podían hacer en su favor sin consentimiento de Hera.
Finalmente, resolvieron enviarle a Iris para rogarle permitiese el alumbramiento, ofreciéndole, para aplcar su ira, un collar de oro y ámbar de un espesor de nueve codos. A este precio, Hera consintió en que Ilitía descendiese del Olimpo y se encamiase a Delos. Leto se arrodilló al pie de la palmera y dio a luz primer a Artemis, y después, con ayuda de ésta, a Apolo. En el momento de nacer el dios, unos cisnes sagrados volaron sobre la isla, dando siete vueltas a su alrededor- pues era el séptimo del día del mes- .
Inemdiatamente, Zeus envió regalos a su hijo: diole una mitra de oro, una lira y un carro tirado por cisnes. Luego le ordenó que fuese a Delfos. Pero los cisnes condujeron primero a Apolo a su país, a orillas del Océnao, allende la patria del Viento Norte, en la tierra de los Hiperbóreos, los cuales viven bajo un cielo siempre puro y que han consagrado a Apolo un culto que celebran sin cesar. Allí permaneció el dios un año, recibiendo los homenajes de los Hiperbóreos, y regresó luego a Grecia, llegando a Delfos en pleno verano, en medio de fiestas y cantos. Incluso la Naturaleza lo festeja: las cigarras y los ruiseñores cantan en su honor, las fuentes son más cristalinas. De esta forma, se celebraba con hecatombes todos los años en Delfos la venida del Dios.
viernes, 10 de junio de 2011
Afrodita (mitología)
AFRODITA
Afrodita es la diosa del amor, identificado en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Sobre su nacimiento se transmiten dos tradiciones diferentes: ora es considerada como hija de Zeus y de Dione, ora hija de Urano, cuyos órganos sexuales, cortados por Crono, cayeron al mar y engendraron a la diosa, la “mujer nacida de las olas, “nacida del semen del dios”. Apenas salida del mar, Afrodita fue llevada por los Céfiros, primero , a Citera, y luego a la costa de Chipre, donde fue acogida por las Estaciones (las Horas), vestida, ataviada y conducida por ellas a la morada de los Inmortales. Posteriormente, Platón imaginó la existencia de dos Afroditas distintas: la nacida de Urano (el Cielo), Afrodita Urania, diosa del amor puro, y la hija de Dione, la Afrodita Pandemo (es decir, la Afrodita Popular), diosa del amor vulgar. Pero ésta es una interpretación filosófica tardía, extraña a los mitos más antiguos de la diosa.
Entorno a Afrodita se han formado diversas leyendas, que no constituyen una historia coherente, sino episodios distintos en los que ella interviene. Afrodita casó con Hefesto, el dios cojo de Lemnos, pero amaba a Ares, el dios de la guerra. Homero cuenta cómo, de madrugada, los dos amantes fueron sorprendidos por el Sol, que fue a contar la aventura a Hefesto. Éste preparó secretamente una trampa: se trataba de una red mágica, que él sólo podía accionar. Una noche en que los dos amantes se hallaban en el lecho de Afrodita, Hefesto cerró la red sobre ellos y llamó a todos los dioses del Olimpo. El espectáculo produjo en todo extremo regocijo.
A ruegos de Poseidón, Hefesto consintió en retirar la red, y la diosa escapó, avergonzada, hacia Chipre, mientras Ares se dirigía a Tracia. De los amores de Ares y Afrodita nacieron Eros y Anteros, Deimo y Foto (el Terror y el Temor) y Harmonía (que más tarde, en Tebas, casó con Cadmo lista a la que se añade a veces Príapo, el dios de Lámpsaco, protector de los jardines (pues, en ciertas tradiciones, Afrodita es considerada la diosa de los jardines, s bien esto sea en rigor aplicable a su encarnación italiana, Venus).
Los amores de Afrodita no se limitaron a Ares. Cuando Mirra, convertida en árbol, hubo dado a luz a Adonis, Afrodita recogió al niño, que era bellísimo, y lo confió a Perséfone. Después, esta se negó a devolverlo. El caso fue sometido a Zeus, quien decretó que el joven permanecería un tercio de cada año con Perséfone y los otros dos tercios con Afrodita. Pronto, malherido por un jabalí, Adonis murió, tal vez víctima de los celos de Ares.
La diosa amó también a Anquises en el Ida de Tróade y tuvo de él dos hijos, Eneas y, según ciertas tradiciones, Lirno.
Las iras y maldiciones de Afrodita se hicieron famosas. Ella inspiró a Eos (la Aurora) un amor irresistible por Orión, para castigarla por haber cedido a Ares. También castigó, porque no la honraban a todas las mujeres de Lemnos, impregnándolas de un olor insoportable, hasta el punto de que sus maridos las abandonaron por cautivas tracias. Las lemnias dieron muerte a todos los hombres de la isla y fundaron una sociedad de mujeres, hasta el día en que los argonautas llegaron y les dieron hijos. Afrodita castigó también las hijas de Cíniras, en Pafos, obligándolas a prostituirse con extranjeros.
Su favor no era menos peligroso. Un día la Discordia lanzó una manzana destinada a la más hermosa de las tres diosas, Hera, Atenea y Afrodita. Zeus ordenó a Hermes que las condujese a las tres al monte Ida de Troáde para que fuesen juzgadas por Alejandro, que más tarde debía ser conocido con el nombre de Paris. Las tres divinidades iniciaron ante él un debate, vanagloriándose cada una de su belleza y prometiéndole regalos. Hera le ofreció el reino del universo; Atenea, hacerlo invencible en la guerra, y Afrodita la mano de Helena. Fue elegida Afrodita, y de aquí que esté ligada los orígenes de la guerra de Troya. Durante toda la campaña concedió su protección al troyano y, en particular a Paris. Cuando este se batió en singular combate con Menelao y estuvo a punto de sucumbir, Afrodita lo salvó del peligro y provocó el incidente que reanudó las hostilidades.
Más tarde protegió también a Eneas cuando iba a ser muerto por Diomedes; este incluso llegó a herir a la diosa. Pero la protección de Afrodita no pudo impedir la caída de Troya ni la muerte de Paris. NO obstante, logró conservar la raza troyana, y, gracias a ella, Eneas, con su padre Anquises y su hijo Julo (o Ascanio), llevándose los Penates de Troya, pudo escapar de la ciudad en llamas, en busca de una tierra donde crearse una nueva patria. De este modo, Roma tuvo por particular protectora a Afrodita-Venus, la cual pasaba por ser la antepasada de los Julios, los descendientes de Julo, y por tanto, de Eneas y de la diosa.Por eso Cesar le erigió un templo bajo la invocación de Venus Madre, Venus Genitrix. Los animales favoritos de la diosa eran las palomas. Un tiro de estas aves arrastraba su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.jueves, 2 de junio de 2011
ZEUS (mitología griega)
Zeus es el más grande los dioses del Panteón helénico. Es sencilamente el dios de la luz, del cielo sereno y del rayo, pero no se identifica con el Cielo, de igual modo que Apolo no se identifica con el Sol ni Posidón con el Mar. En el pensamiento helénico, los dioses han perdido el valor cósmico que pudieron tener en otro momento de su evolución, y Zeus sólo interesa aquí como héroe de leyendas.
A partir de los poemas homéricos se crea la personalidad de Zeus, soberano de hombres y dioses, que reina en las alturas luminosas del cielo. Corrientemente permanece en la cumbre del monte Olimpo, pero también viaja. Por ejemplo, se le encuentra en el país de los etíopes, pueblo piadoso entre todos los pueblos, cuyos sacrificios le agradan particularmente. Poco a poco, la mansión de Zeus se fue desligando de toda montaña concreta, y con la expresión Olimpo se acabó por entender sólo la región etérea donde moraban los dioses.
Zeus preside no sólo las manifestaciones celestes, provoca la lluvia, lanza el rayo y el relámpago - poder simbolizado por su égida - sino que, sobre todo, mantiene el orden y la justicia en el mundo. Encargado de purificar a los homicidas de la mancha de la sangre, vela por el mantenimiento de los juramentos y por el respeto de los deberes para con los huéspedes; es garante del poder real y, en general, de la jerarquía social. Estas prerrogativas las ejerce no sólo en lo que atañe a los hombres, sino también en el seno de la sociedad de los dioses.
Él mismo se halla sometido a los Hados, de los que es intérprete y alos cuales defiende contra las fantasías de los demás dioses; por ejemplo, "pesa" los destinos de Aquiles y Héctor y, cuando el platillo que contiene el de éste desciende hacia el Hades, prohíbe a Apolo que intervenga y abandona al héroe a su enemigo. Dios providencia, consciente de su responsabilidad, es el único que no se deja dominar por sus caprichos - por lo menos cuando no se trata de caprichos amorosos e, incluso en este caso, sus aparentes fantasías no siempre están exentas de cierta política. Es el dispensador de bienes y males. Homero cuenta en la Ilíada que en la puerta de su palacio hay dos jarras, una de las cuales contiene los bienes, y la otra, los males. En general, Zeus saca alternativamente el contenido de una y el de la otra para cada uno de los mortales; pero a veces extrae exclusivamente el de una de las dos, y entonces el destino resultante es unas veces, completamente bueno, y otras veces, las más, completamente malo.
Esta concepción de Zeus como potencia universal se ha desarrollado con los poemas homéricos, y ha dado por resultado, en los filósofos helenísticos, la concepción de una Providencia única: en los estoicos - principalmente Crisipo, que había consagrado un poema Zeus-, Zeus es el símbolo del Dios único que encarna el Cosmos. Las leyes del mundo no son sino el pensamiento de Zeus. Nos hallamos aquí en el borde extremo de la evolución del dios, y se sale de los límites de la mitología para pertenecer al Teología y la historia de la Filosofía.
A partir de los poemas homéricos se crea la personalidad de Zeus, soberano de hombres y dioses, que reina en las alturas luminosas del cielo. Corrientemente permanece en la cumbre del monte Olimpo, pero también viaja. Por ejemplo, se le encuentra en el país de los etíopes, pueblo piadoso entre todos los pueblos, cuyos sacrificios le agradan particularmente. Poco a poco, la mansión de Zeus se fue desligando de toda montaña concreta, y con la expresión Olimpo se acabó por entender sólo la región etérea donde moraban los dioses.
Zeus preside no sólo las manifestaciones celestes, provoca la lluvia, lanza el rayo y el relámpago - poder simbolizado por su égida - sino que, sobre todo, mantiene el orden y la justicia en el mundo. Encargado de purificar a los homicidas de la mancha de la sangre, vela por el mantenimiento de los juramentos y por el respeto de los deberes para con los huéspedes; es garante del poder real y, en general, de la jerarquía social. Estas prerrogativas las ejerce no sólo en lo que atañe a los hombres, sino también en el seno de la sociedad de los dioses.
Él mismo se halla sometido a los Hados, de los que es intérprete y alos cuales defiende contra las fantasías de los demás dioses; por ejemplo, "pesa" los destinos de Aquiles y Héctor y, cuando el platillo que contiene el de éste desciende hacia el Hades, prohíbe a Apolo que intervenga y abandona al héroe a su enemigo. Dios providencia, consciente de su responsabilidad, es el único que no se deja dominar por sus caprichos - por lo menos cuando no se trata de caprichos amorosos e, incluso en este caso, sus aparentes fantasías no siempre están exentas de cierta política. Es el dispensador de bienes y males. Homero cuenta en la Ilíada que en la puerta de su palacio hay dos jarras, una de las cuales contiene los bienes, y la otra, los males. En general, Zeus saca alternativamente el contenido de una y el de la otra para cada uno de los mortales; pero a veces extrae exclusivamente el de una de las dos, y entonces el destino resultante es unas veces, completamente bueno, y otras veces, las más, completamente malo.
Esta concepción de Zeus como potencia universal se ha desarrollado con los poemas homéricos, y ha dado por resultado, en los filósofos helenísticos, la concepción de una Providencia única: en los estoicos - principalmente Crisipo, que había consagrado un poema Zeus-, Zeus es el símbolo del Dios único que encarna el Cosmos. Las leyes del mundo no son sino el pensamiento de Zeus. Nos hallamos aquí en el borde extremo de la evolución del dios, y se sale de los límites de la mitología para pertenecer al Teología y la historia de la Filosofía.
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