SE ARMO LA GORDA
La Revolución Unionista de 1868, a causa de la cual la reina Isabel II se vio forzada a abandonar el poder, vino precedida de un insistente rumor callejero, en el que utilizando la muy castiza expresión de la Gorda, se proclamaba a los cuatro vientos la inevitabilidad de los acontecimientos.
Isabel II |
Históricamente, el hecho tomó el ostentoso nombre de La Gloriosa, pero su duración fue efímera; no así el castizo alias que el pueblo le adjudicó: La Gorda, expresión que luego extendió su uso al lenguaje familiar, cuando alguien quiere referirse a cierto hecho ruidoso o de mucha trascendencia, o bien ante una situación de extrema gravedad.
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