Sin duda, uno de los ejemplares más representativos de la isla, es un extraño árbol en forma de sombrilla conocido como el árbol de sangre de dragón, por su llamativa savia de color rojo (más precisamente Dracaena cinnabari). Muchos de éstos ejemplares están diseminados por casi toda la isla.
De las aproximadamente 800 especies de plantas de la isla, un tercio no existe en ninguna parte del mundo. Lo mismo sucede con muchas de las especies de reptiles y aves. Es un arca perdida por miles de años en el Índico, actualmente, amenazada en forma preocupante por la actividad humana y la inserción de nuevas especies. La isla, fue recientemente reconocida como patrimonio natural por la UNESCO, sumando esfuerzos con la Unión Europea y la Organización Internacional de Protección del Medio Ambiente para la conservación.
La población, se asienta mayormente en la isla principal, sumando unas cincuenta mil personas. Los habitantes de las islas, viven en condiciones de vida más que rudimentarias, cuando aún la mayoría de ellos no dispone de electricidad, agua corriente ni infraestructura básica. Originarios de la península arábiga, India, o Somalia, se dedican a actividades como la ganadería, agricultura o la pesca, sólo para subsistencia
El turismo en la zona es poco menos que complicado y arriesgado (gobiernos de todo el mundo recomiendan no visitar Yemen por la amenaza terrorista). Ni siquiera se cuenta con un sistema de transporte público que una las principales ciudades. La más grande de ellas, Hadiboh, apenas tiene 8000 habitantes y un aeropuerto a 12 kilómetros. Se pueden conseguir coches en alquiler para recorrer la isla. Una visita supondrá mucho más que un viaje, una aventura en el tiempo a un lugar que pareciera no estar en nuestro planeta.
Nota: Hays alertas que muchos países del mundo realizan acerca del riesgo que supone visitar Yemen por las condiciones de inseguridad, como para que todos estén avisados.
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