El surrealismo quiso siempre trascender los límites del realismo, al que identificaba como una narración de la parte consiente del hombre, así el surrealismo se interesa por el mito y la magia porque son formas de pensamiento no racional. La idea surrealista es evitar la censura y la línea divisoria entre sueño y vigilia. El objetivo final es expresar todo, las 24 horas de la persona. Ernesto Sábato (Rojas, Argentina, 1911) presenta una obra icónica de este ismo literario, con su segunda novela ‘Sobre héroes y tumbas‘ (1961), parte de un trilogía que empezó con ‘El Túnel ‘ y termina con ‘Abadón, el exterminador‘. Esta es una novela total que va cambiando de textura por páginas y partes.
Sobre héroes y tumbas narra diversos argumentos paralelamente. Se puede señalar -como hilos conductores de la(s) trama(s) a "La Formación de Martín" y "La decadencia de los Vidal Olmos"; entrelazados por pasajes ambientados en los últimos años del primer peronismo en Argentina, y la incestuosa relación de Alejandra y Fernando.
El incesto es una motivación fuerte en la familia de Fernando Vidal Olmos, quien de niño se enamora de su madre y transfiere ese deseo a su prima Ana María, con ella tiene a Alejandra y cuando está niña llega a la edad de merecer, su padre consuma el incesto. Fernando ha estudiado a la secta de los ciegos que describe en su ‘Informe sobre ciegos’, una parte visceral, erótica y tanática a la vez en esta novela. Esta protagonista, personaje muy fuerte sobre la cual orbitan amantes de todo calibre ve en el amor sincero del joven Martín Del Castillo, para quien la obra es novela de aprendizaje, una esperanza de redención, pero el influjo de la secta, el cual no se descree en la obra, hace que mate a su padre y luego se suicide en el fuego.
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