Después de una larga enfermedad,
una mujer muere y llega a las puertas del cielo.
Mientras espera a San Pedro, ella ve a través de las rejas a sus padres,
amigos y a todos los que habían partido antes que ella,
sentados a una mesa disfrutando de un banquete maravilloso.
Cuando San Pedro llega, ella le comenta:
- ¡Qué lugar tan lindo! ¿Cómo puedo hacer para entrar?
- Yo voy a decir una frase. Si la deletreas correctamente la primera vez,
entras; si te equivocas, vas directa al infierno -respondió San Pedro.
- Vale, ¿Cuál es la palabra?
- AMOR – dijo San Pedro.
Ella la deletreó correctamente y pasó al cielo.
Un año después, San Pedro le pidió que vigilase las puertas.
Y ese día, para su sorpresa, apareció el que fuera su marido en la tierra.
- ¡Hola, qué sorpresa! – dijo ella- ¿Cómo estás?
- Ah, pues he estado muy bien desde que falleciste.
Me casé con aquella bella enfermera que te cuidó,
gané a la lotería y me hice millonario.
Entonces vendí la casa donde vivíamos y compré aquella preciosa mansión
en el barrio alto que siempre te gustó.
Viajé con mi nueva mujer por Europa, Asia y Oceanía.
Estábamos de vacaciones en Los Alpes justamente cuando decidí esquiar.
Me caí, el esquí me cayó en la cabeza y aquí estoy. Dime,
¿Cómo hago para entrar, querida?
- Yo voy a decirte una frase.
Si la deletreas correctamente la primera vez puedes entrar;
si no, vas directo al infierno – respondió ella.
- OK -dijo él- ¿Cuál es la frase?
- Schwartzenegger va al otorrinolaringólogo.
Moraleja:
"Ni muerto le puedes decir toda la verdad a una mujer,
corres el riesgo de vivir en un infierno por el resto de tu existencia"
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